Decoración nórdica o hyggelig


Cuando hablamos de decoración nórdica, no hablamos de utilizar elementos vikingos; sino, más bien, de un estilo que se ha vuelto muy popular en los últimos años. Se puede decir que estamos ante un verdadero éxito en las casas actuales, principalmente, porque pareciera ser atemporal y que nos sorprende en cada evolución con un nuevo matiz. Esto mantiene intactos sus valores intrínsecos: sencillez y funcionalidad.

Hygge es un término danés que podríamos definir como “cosas que te hacen sentir bien”. Ésta es una de las claves del estilo nórdico: crear interiores hyggelig (acogedores) para pasar el tiempo. Por tanto, el uso de textiles confortables es clave: alfombras, cojines, mantitas gustosas, etc. Siempre en tejidos naturales, como algodón, lana o lino, que envuelvan y hagan sentir bien.

La decoración, como la vida, no se desarrolla en los extremos. El nórdico purista apuesta por tonos neutros como el blanco, beige y ambientes muy minimalistas con el combo blanco-negro, pero no todo es colores neutros. El color mostaza es una tendencia actual, junto con las tonalidades pastel rosa y azul claros.

Los nórdicos son amantes de la naturaleza y de la madera de acabado natural. No es de extrañar que cada vez más sea tendencia incorporar alfombras de yute, cestas de mimbre e incluso troncos de madera decó. La geometría es otra constante en la decoración escandinava. La puedes encontrar en papeles pintados, tapicerías, telas u objetos como jarrones, que ponen siempre la nota más personal.

No dejes de probar estos tips en tu habitación o la sala de tu casa y siente cómo fluye esa sensación de bienestar en uno de los lugares que, precisamente, usas para refugiarte del mundo exterior.